
Los medios de comunicación (incluidos algunos medios de países islámicos) han hecho un seguimiento mayor de lo que cabría esperar para este tipo de eventos, que por desgracia suelen pasar absolutamente desapercibidos.
Una traducción rápida y libre:
Somos musulmanes y ciudadanos seculares de sociedades musulmanas. Somos la unión de los creyentes, los escépticos y los no creyentes que participan en una misma lucha, pero no entre Occidente e Islam sino entre libertad y opresión.
Declaramos la libertad inviolable de la conciencia individual. Creemos en la igualdad de todos los seres humanos.
Demandamos la separación entre religión y Estado y el cumplimiento de los derechos humanos universales.
Reconocemos la existencia de libertad, racionalismo y tolerancia en la rica historia de las sociedades islámicas y pre-islámicas. Estos valores no pertenecen a Occidente ni a Oriente, son el patrimonio común de la Humanidad.
No percibimos ningún signo de colonialismo, racismo ni de la, así llamada, "islamofobia" en someter a crítica o condenar las prácticas islámicas cuando son contrarias a la razón humana o violan sus derechos.
Hacemos un llamamiento a los políticos mundiales:Demandamos el fin del cautiverio al que las ambiciones totalitarias de los que ansían poder y de las estructuras inamovibles de la ortodoxia han sometido al Islam.
- Para que rechacen la Sharia, las fatuas de los juicios islámicos, los gobiernos religiosos y las religiones de estado en todas sus formas; para que se opongan a todas las penas por blasfemia o apostasía, de acuerdo con el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
- Para que eliminen prácticas como la ablación del clítoris, los asesinatos de honor, la imposición del velo y los matrimonios forzosos, que fomentan la opresión de la mujer; para que protejan a las minorías sexuales de la persecución y la violencia.
- Para que reformen la educación sectaria que inculca la intolerancia y el fanatismo contra los no musulmanes.
- Y para que fomenten una esfera pública abierta en la que cualquier cuestión pueda debatirse sin coacciones ni intimidación.
Animamos a los académicos y a los pensadores de todo el mundo a que emprendan sin miedo el estudio de los orígenes y las fuentes del Islam, y a defender los ideales de la libre investigación tanto científica como espiritual a través de traducciones y publicaciones interculturales y de los medios de comunicación.
Les decimos a los creyentes musulmanes: hay un futuro noble para el Islam como fe, pero no como doctrina política.
A los cristianos, los judíos, los budistas, los hindúes, los bahais y a cualquier miembro de comunidades religiosas no musulmanas: convivimos con vosotros como ciudadanos libres e iguales.
Y a los no creyentes: defendemos vuestra innegable libertad para cuestionar y disentir.
Antes que miembros de la Umma, del Cuerpo de Cristo o del Pueblo elegido, somos miembros de una comunidad consciente, aquellos que deben tomar sus propias decisiones.
(Fuente original en inglés)
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